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La Tiroiditis de Hashimoto es la causa más frecuente de hipotiroidismo hoy en día. Saber cómo funciona te ayudará a entender mejor tu enfermedad.

También se la conoce como Tiroiditis crónica autoinmune, Tiroiditis de Hashimoto o Tiroiditis linfocitaria crónica.

En el mundo desarrollado, es la causa de hipotiroidismo más frecuente ya que debido a la globalización y al consumo generalizado de alimentos que provienen de distintas zonas, la pobreza en yodo del suelo prácticamente no afecta al desarrollo de esta enfermedad en el siglo XXI. Afecta a entre el 4 y el 15% de población adulta. Es mucho más frecuente en mujeres de entre 30 y 50 años.

Fue descrita por primera vez por Hakaru Hashimoto en 1912 haciendo referencia a una serie de pacientes que desarrollaron bocio junto con una infiltración linfocítica de la glándula tiroides intensa.

Se caracteriza por un cuadro de hipotiroidismo que va avanzando progresivamente y en  algunos casos también aparece bocio, todo ello debido a la destrucción del tejido tiroideo por ataque del propio sistema inmunológico del paciente provocando la ruptura de las células de los folículos tiroideos.

Al principio los síntomas son muy leves y se van agravando con el tiempo hasta que te encuentras francamente mal. Lo malo es que a veces como esos  síntomas comienzan lentamente hay personas que se acostumbran a vivir con ellos y no los achacan a que tienen una enfermedad y simplemente creen que es que son así… por ejemplo, creen que son muy frioleros o que se cansan mucho. Hay personas incluso que han sufrido el rechazo de las personas de su entorno o en el trabajo porque piensan que son unos vagos y por eso se cansan tan rápido o se quedan dormidos sin querer.

Esta enfermedad afecta con mucha más frecuencia a las mujeres en una proporción de 7 a 1. Aproximadamente el 10% de la población tiene un pequeño porcentaje de anticuerpos tiroideos pero conforme avanza la edad ese porcentaje aumenta considerablemente.

¿Qué es la glándula tiroides?

La glándula tiroides recibe su nombre de la palabra Thyreoeides que significa escudo, porque antiguamente se pensaba que su función era la de proteger la tráquea.

La glándula tiroides, es una de las glándulas endocrinas más grandes del organismo. Está situada en la garganta por encima de la tráquea. Tiene un peso de entre 15 y 30 gramos en el adulto y está formada por dos lóbulos que se unen en su parte baja dando una forma característica de mariposa.

A nivel celular, la glándula tiroides está formada por una serie de globos o lóbulos, separados por tejido conectivo por el que circulan los vasos sanguíneos. Esos glóbulos se denominan folículos y están llenos de un líquido que se llama coloide. El Coloide está  rodeado de las células foliculares formando una especie de burbujas. Está formado por hormona T3 o Triodotironina y a partir de él las células parafoliculares producen T4. Dispersas entre esas células foliculares también se encuentran otras células llamadas parafoliculares que segregan Calcitonina. La Calcitonina tiene un importante papel en el metabolismo del calcio.

La función principal de la glándula tiroides es regular el metabolismo y la sensibilidad del cuerpo a otras hormonas. También influye en el metabolismo del calcio.

La tiroxina se encarga de regular el metabolismo celular, es decir, cómo se aprovechan los nutrientes que tomamos con la alimentación. Por un lado, se convertirán  en alimento para la célula o bien en material para almacenarlos en caso de no ser necesarios porque nuestro cuerpo no esté teniendo un gasto calórico importante. Es decir, el metabolismo transforma los alimentos en energía y utiliza esa energía para las funciones celulares en ese momento o los almacena en forma de grasa para cuando haga falta.

¿Cómo se produce la tiroiditis de Hashimoto?

La causa real se desconoce en la actualidad, pero por alguna razón que puede ser un virus, un  traumatismo en el cuello o los esfuerzos que se realizan durante el parto, la glándula tiroides se inflama y parte del coloide que contienen los folículos sale al exterior vertiéndose al torrente sanguíneo. Ese coloide es detectado por nuestro sistema inmunológico como un agente extraño y se desencadena una respuesta inmunológica hacia este coloide.

Este ataque por parte de los anticuerpos, está dirigido a toda la glándula tiroidea. Se  va produciendo una degradación de los folículos que hace que más coloide se vierta al exterior. Esto produce un círculo vicioso muy complicado de detener.

Durante la evolución de la enfermedad se alternan episodios en que la glándula tiroides produce menos hormonas de la cuenta y se sufre hipotiroidismo con toda su sintomatología con otros episodios en que la hinchazón de la glándula produce un exceso de hormonas tiroideas y se sufre hipertiroidismo con toda la sintomatología de hipertiroidismo también.

Por eso muchas veces se diagnostica a un paciente hipertiroidismo, pero luego tiene síntomas de hipotiroidismo o viceversa.

Esta es la razón por la cual cuando se padece Tiroiditis de Hashimoto está totalmente desaconsejado tomar suplementos de yodo. Los suplementos de yodo producen una sobre estimulación de la glándula tiroides. Esta estimulación hace que se intensifique el ataque de los anticuerpos haciendo que se inflame aún más. De esta forma la evolución de la enfermedad es mucho más rápida y se destruye el tejido tiroideo más rápidamente.

Poco a poco se va sustituyendo el tejido glandular por tejido cicatricial fibroso y se van cerrando los folículos que se habían abierto. Este proceso de cicatrización se mantiene hasta que el organismo es capaz de cerrar por completo las aberturas de forma que el coloide no salga al exterior. En este punto, la glándula puede haber sido destruida en su totalidad o de forma parcial.  Dependiendo de lo funcional que sea, es decir, de la cantidad de hormonas tiroideas que sea capaz de producir una vez que ya no está inflamada ni siendo atacada por los anticuerpos, deberemos sustituir las hormonas que no es capaz de fabricar de manera externa, mediante la ingestión de hormonas tiroideas sintéticas de por vida. Estas hormonas sintéticas reciben el nombre de Levotiroxina Sódica.

Se deben vigilar los niveles tiroideos cada seis meses o un año por si la glándula tiroidea sufre nuevas alteraciones detectarlas lo antes posible.

La tiroiditis de Hashimoto, ocurre más frecuentemente en mujeres a partir de los 30 años, pero puede producirse a cualquier edad y también puede afectar a hombres.

En algunos casos, los esfuerzos del parto, pueden producir que se inflame la glándula también, y en estos casos recibe el nombre de tiroiditis postparto. Es muy frecuente y tarda bastante en detectarse debido a que en el postparto la mujer puede haber ganado peso y sentirse triste en esta fase y no suelen achacarse estos síntomas a que se trate de un problema de tiroides.

Síntomas de Tiroiditis de Hashimoto

Los síntomas son los mismos que los del hipotiroidismo que ya hemos descrito antes. Son de comienzo muy leve y se van intensificando con el tiempo. Esto produce muchas veces que el paciente vaya acostumbrándose a padecerlos y no los identifique como un síntoma de una enfermedad sino de una característica propia de su persona. Por ejemplo, uno de los síntomas muy frecuentes es una sensibilidad al frio muy acusada, pero como comienza de forma muy leve y se va intensificando, el paciente no lo identifica como un síntoma de una enfermedad, sino que piensa que se ha vuelto más friolero con el tiempo, y lo mismo con el resto de los síntomas.

Normalmente cuando un paciente con tiroiditis de Hashimoto acude al médico, es porque se encuentra realmente mal de forma generalizada.

Los primeros síntomas suelen ser cansancio, somnolencia, dificultad para concentrarse (mente nublada), estreñimiento y aumento de peso que no es debido a la alimentación.

Son los síntomas más patentes y los más frecuentes en todos los pacientes. El cansancio suele ser muy acusado sobre todo por las tardes, en que es muy habitual quedarse dormido de forma involuntaria con mucha facilidad.

El resto de síntomas pueden verse con mayor detalle en Síntomas de hipotiroidismo, pero pasamos a describirlos aquí  nuevamente de forma un poco más general:

Ronquera y síntomas de presión den el cuello debido al agrandamiento de la glándula que a veces produce también bocio (hinchazón en el cuello)

Letargo, somnolencia y movimientos lentos.

Disminución de la temperatura corporal que produce también una falta de sudoración.

Pérdida de memoria y dificultad para concentrarse.

Dolores musculares generalizados.

Calambres musculares.

Caída del cabello como consecuencia de un ataque autoinmune a los folículos pilosos.

Irregularidades menstruales como reglas poco abundantes o menos frecuentes (menorragia), infertilidad, esterilidad y abortos espontáneos. También se produce una disminución de la libido muy importante.

Apnea del sueño, es decir, periodos en que se está sin respirar por tiempo prolongado debido a la fatiga y debilidad de los músculos respiratorios que acrecienta la somnolencia diurna.

En este vídeo verás  toda esta explicación ampliada y comprenderás cómo funciona la enfermedad:

Enfermedades asociadas a la Tiroiditis de Hashimoto (autoinmune)

Es muy frecuente que junto con una enfermedad autoinmune cohabiten otras enfermedades autoinmunes y se pude padecer tiroiditis de Hashimoto junto con otras enfermedades producidas por autoinmunidad también.

Las enfermedades más frecuentes que se suelen dar junto con la Tiroiditis de Hashimoto son:

Diabetes mellitus tipo I

Enfermedad de Addison

Artritis reumatoide

Esclerosis múltiple

Vitíligo

Celiaquía

Existe un cuadro denominado síndrome poliglandular autoinmune tipo II para englobar una serie de pacientes que tienen dos o más enfermedades autoinmunes de glándulas endocrinas que son: Enfermedad de Addison (siempre presente) junto con Tiroiditis de Hashimoto y/o diabetes mellitus tipo II.

(Aclaro que la enfermedad de Adison siempre está presente junto con la Tiroiditis de Hashimoto cuando hablamos de síndrome poliglandular… no significa que todas las personas que padecen tiroiditis de Hashimoto padezcan también enfermedad de Adison).

En ocasiones puede aparecer también una enfermedad neurológica grave llamada Encefalitis de Hashimoto.

NOTA DE LA AUTORA: Igual te parece que me repito en algunas cosas o que explico obviedades, y puede ser, pero es que a veces leo cosas en los foros que me hacen repetirme o explicar obviedades para que le quede claro a todo el mundo y que no haya confusión, porque lo que para ti puede estar claro, quizá no lo esté para todo el mundo y lo que pretendo es que este libro ayude a cualquiera que lo lea a entender un poco cómo va esta enfermedad. Te pido disculpas si para ti no haría falta tanta explicación

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de la Tiroiditis de Hashimoto se haría igual que del hipotiroidismo midiendo los niveles de hormonas tiroideas T3, T4 y TSH junto con el análisis de los anticuerpos contra Tiroperoxidada o TPO.

Los valores que se obtienen suele ser niveles de T3 y T4 por debajo de lo normal y TSH elevada junto con altos niveles de anticuerpos TPO.

La Tiroperoxidasa (TPO) es una encima que está presente en las células que forman los folículos tiroidieos que participan en la fabricación de las hormonas tiroideas. El 90% de los pacientes que tienen tiroiditis de Hashimoto tienen anticuerpos anti-TPO (también reciben en nombre de antimicrosomales). Estos anticuerpos anti-TPO también están presentes en la enfermedad de Graves aunque en este caso solo en un 75% de los pacientes.

No obstante, un 15% de la población general sana y mujeres embarazadas sin enfermedades de la tiroides pueden tener anticuerpos anti TPO sin que ello signifique que tienen una enfermedad autoinmune de la tiroides… es decir, puede tenerse presencia de estos anticuerpos sin tener ninguna patología y pueden tenerse presentes en sangre sin tener ninguna enfermedad.

La tiroglobulina es la sustancia precursora de las hormonas tiroideas que se encuentra en el coloide de los folículos de las glándulas tiroideas. La presencia de anticuerpos anti tiroglobulina es muy frecuente en la tiroiditis de Hashimoto ya que en el 80 y 90% de los casos los pacientes con Hashimoto presentan anti-tiroglobulina y anti TPO positivos, siendo muy extraño que se tengan anticuerpos de un solo grupo.

El valor normal de anticuerpos TPO o antimicrosomales es inferior a 5UI/ml y el valor normal del anticuerpo antitiroblobulina es de 0 a 100 IU/ml

Espero que te haya resultado interesante, y si sospechas que puedes padecer hipotiroidismo, ve a tu médico y que te realice un análisis de sangre. Es muy fácil de diagnosticar y cuanto antes comiences el tratamiento mejor.

Comparte esta información para ayudar al mayor número de personas que padecen hipotiroidismo a perder peso y mejorar en su enfermedad.

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